Parece que lleva toda la vida haciéndonos menear el esqueleto, pero apenas si acaba de cumplir 39 años hace un par de meses. Pero claro, son casi tres décadas desde que este puertorriqueño empezara a patearse los estudios y los escenarios con aquel grupo llamado Menudo. Y menudo es Ricky Martin. Pletórico, con un cuerpazo y una musculatura en plan Cristiano Ronaldo. Un pedazo de profesional. Lo que no impidió que hace unos años se le atragantara la pasión de su vida: la música. «Estaba realmente cansado. Había llegado a estar hasta quince años sin parar. Cuando iba a irme de vacaciones siempre sucedía algo mágico en mi carrera a lo que no podía decir que no. Así una y otra vez. Pero cuando tomé la decisión de ser padre y luego cuando nacieron mis hijos, Matteo y Valentino, todo se fue poniendo en orden, volvió el equilibrio, empecé a sentirme muy bien conmigo mismo».
Y volvieron las canciones. Y, tras abrir el año pasado su corazón y su sexualidad a través de internet, un nuevo disco: «Música+alma+sexo», cuyo primer single, «Lo mejor de mi vida eres tú», con Natalia Jiménez, la que fuera vocalista de La Quinta Estación, ya está pitando en medio mundo.
Otra vez, parece que Ricky ha acertado. «Sinceramente, no creo que haya una ley que te diga, si sigues este camino llegará el éxito. No, para hacer un nuevo álbum tienes que dejarlo que fluya. Y tienes que arriesgarte, incluso hasta rozar el ridículo. En este caso concreto, nos retiramos a la playa, y a lo largo del proceso creativo lloramos, reímos, sufrimos, gozamos y creo que eso le ha dado un toque de gran transparencia al disco».
Habitual de lo más alto de las listas en todo el mundo latino (y a veces incluso en el anglosajón), Ricky Martin toma, no obstante, sus precauciones.«Siempre existe ese miedo de no acertar y que el público no te responda. Hay artistas que dicen que a ellos no les importa lo que piensen los demás... pues se lo digo claro, son unos mentirosos. Si eres artista y te dicen te entiendo, es maravilloso lo que haces, te dan discos de oro, se llenan tus conciertos, pero qué bien, qué bien te sientes...».
«Música+alma+sexo». De la música no quedan dudas. Pero, ¿y el alma, el corazón, Ricky?: «He puesto toda mi alma en mi trabajo, incluso creo que demasiado. Siempre he sido muy pasional, y en los últimos tiempos más. En los pasados dos años he vivido un proceso espiritual muy intenso, he cerrado muchos ciclos y he abierto otros muchos».
Hablemos de sexo
Hablemos, pues, de sexo. «Es parte de la vida, es lo más natural del mundo, pero no crea, también tiene su componente espiritual». Sexo que suele desparramarse generosamente en la música latina, más especialmente la que llega del Caribe: «Quizá sea por la fusión de razas, o no sé si serán las playas, la piña colada, el ron, pero sí parece que en la música latina hay más contacto, más roce, más sexualidad».
Después de tres décadas de trabajo, Ricky Martin cree que «no me ha ido tan mal —ironiza—. Otros colegas desafortunadamente han tenido menos suerte, quizá la fama, el aplauso y la euforia que te da les han descolocado un poco y han podido ser víctimas de la fama. Pero yo siempre he estado rodeado de gente muy positiva y muy honesta que en cuanto me han tenido que llamar la atención lo han hecho. Y no crea, también tengo mis altas y mis bajas, también me he dado contra la pared unas cuantas veces». El famoso (y a menudo costoso) precio de la fama. Para manejarlo, Ricky sigue el consejo de su amiga Madonna («el día que la fama te controle retírate; contrólala tú a ella, juega con ella, sedúcela», me dijo) aunque el músico tiene sus propias recetas: «Tienes que vivirlo como un mantra, tienes que aceptarlo, interiorizarlo. Yo llevo toda la vida en esto, mis recuerdos anteriores a la fama y la popularidad, a la música, son borrosos. Lo asumo, y desde luego el éxito no estropea mi vida».
En apenas un mes, Ricky Martin comenzará su gira mundial que a principios de verano llegará a España. Adelanta que será «bastante provocativa», quizá porque desde que hace unos meses se sincerara sexualmente a través de la red esté mejor que nunca: «Era algo que a mí me pesaba, y finalmente pude mirarme al espejo y decirme a mí mismo, pero cuál es el problema, si es algo que está en mi naturaleza desde que puedo recordar. Y lo más importante es que ha sido contagioso, sobre todo con mi familia. Mi única agenda es estar bien para mis hijos, que vean que su padre los quiere, que escucha, que no es depresivo».
http://www.abc.es/20110221/cultura-musica/abci-ricky-martin-201102211306.html